viernes, 12 de marzo de 2010

La mascara de Dimitrios

-Y después de tanta locura, ¿ dónde estamos ahora?
-preguntaba el ruso; su inglés se había ido deteriorando de manera gradual; en esos momentos su labio inferior estaba húmero y tembloroso por la emoción y Muishkin clavó en su anfritrión aquella mirada fija propia del borracho que está a punto de convertirse en filósofo-.